Generalmente, los medios de comunicación tratan a las personas como meros consumidores pasivos, sin tener en cuenta el impacto de los mensajes que transmiten ni la actitud de quiénes los reciben. Su programación se realiza a través de grupos relativamente pequeños de personas, orientados por objetivos de lucro privado, quiénes deciden, mediante soluciones estándares, lo que otras personas y/o comunidades necesitan y quieren conocer.
Sin embargo, los medios pueden contribuir al desarrollo, proporcionando alternativas orientadas por objetivos sociales, empoderando a las personas y fomentando el conocimiento "glocal". Estos medios son lo que se conocen como medios de comunicación comunitarios y están comprometidos con los derechos humanos, la justicia social y la sostenibilidad para el desarrollo.
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